LA OBEDIENCIA

“El que es de Dios, las palabras de Dios oye…”

(Juan 8:47)

¡Qué alegría poder saludarte de nuevo! Deseo con todo mi corazón, que Dios continúe guardando tu vida como hasta ahora lo ha hecho.

En esta nueva oportunidad que Dios me concede, quiero escribirte sobre un tema el cual es importante conocer, sobre todo porque nuestro enemigo el diablo tiene la mala costumbre de hablarnos al oído y decirnos todo lo contrario de lo que Dios quiere que hagamos, me refiero al hecho de SER OBEDIENTES.

Niñ@s debemos comprender que Dios quiere que seamos felices y que para poder lograrlo debemos obedecer. A veces el ser obedientes pareciera muy difícil y hasta podríamos llegar a creer que no es agradable hacerlo.

¿Tú sabes que es ser obediente?

Ser obediente es aceptar y cumplir la voluntad de alguien que representa una autoridad para nosotros, por ejemplo Dios, tus padres, tus maestros, tu entrenador, el pastor, el guía infantil etc., etc.

En la Biblia podemos encontrar muchísimos llamados de atención dirigidos hacia la obediencia, cada vez que la leo, encuentro muchas citas que me recuerdan que debo obedecer a Dios en primer lugar y luego a quienes como anteriormente te mencioné representan autoridad aquí en la tierra.

OBEDIENCIA A SU PALABRA:

Obedecer a su palabra, es obedecerle a Él. En ella encontraremos los pasos a seguir para vivir de una manera agradable delante de quien nos creó. No debemos limitarnos a solo leerla sino a obedecerla. A Dios no lo vamos a impresionar teniendo una cantidad enorme de privilegios en la iglesia, o siendo los más amables del lugar donde vivimos, a Él le agradará muchísimo más, saber que simplemente haces lo que Él quiere y te pide que hagas. Si quieres honrar a Dios debes dejarte iluminar por lo que está escrito en la Biblia, cuando dice que es lámpara a nuestros pies, significa que iluminará nuestros pasos, ella nos dirá que hacer, donde ir, como ir. Si quieres recibir ánimo, fortaleza, aliento, fe, paz, etc., te invito a que la escudriñes.

¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era. Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado. (Santiago 1:22-25)

En segundo lugar tomaremos muy en cuenta la autoridad que representan nuestros PADRES o tutores, estos últimos son aquellas personas que tomaron el lugar de nuestros padres por cualquier circunstancia y se han encargado desde entonces, de guiarte, educarte, y cuidarte.

OBEDIENCIA A NUESTROS PADRES:

A través de su Palabra nos manda a obedecerles, y honrarles. Muchos hijos creen que los padres por ser mayores de edad, son aburridos, piensan que las órdenes que les den son solamente para molestar. Creen que los padres son personas sin sueños, sin anhelos, sin energía, solo, para hacer difícil la vida de los hijos, pero eso NO ES VERDAD, y como ya se los escribí en una ocasión, lo único que nuestros padres quieren para nosotros es lo mejor. Es muy, muy triste ver casos de hijos maltratando verbalmente a sus padres, desobedeciéndoles, despreciándoles, esto es terrible, y más aun cuando Dios nos advierte que debemos HONRARLES. La Biblia dice que debes hacerlo con tu padre y tu madre, no solo con el que tú creas que se lo merece, es que no es cuestión de quien merece tu respecto o cariño, sino, que debes OBEDECER lo que la palabra del Señor te manda a hacer, si quieres que te vaya bien.

“Hijos, obedezcan a sus padres. Esto es lo justo: Honra a tu padre y a tu madre. Y es el primero de los mandamientos que va acompañado de una promesa: para que seas feliz y goces de gran vida en la tierra”. (Efesios 6: 1-3)

OBEDIENCIA A NUESTRO PASTOR O GUIA ESPIRITUAL:

También los pastores o líderes espirituales, son autoridades dentro de la iglesia y han sido puestos por Dios, eso quiere decir que también debemos amarlos y respetarlos, reconociendo que trabajan para instruir, y guiar nuestra vida espiritual. La Biblia dice al respecto:

“Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no quejándose, porque esto no es provechoso”. (Hebreos: 13:17)

OBEDIENCIA A LAS AUTORIDADES DEL PAIS:

Cada uno de los países que existen en este mundo cuentan con personas que son las encargadas de velar por todos los que viven en el. A esa persona se le conoce como Presidente, y después de él, hay muchos más que también son autoridades. A lo mejor alguien podrá pensar que está bien obedecer a Dios, está bien obedecer a los padres, está bien obedecer al pastor, pero… ¿obedecer a extraños? ¿Por qué tengo que hacerlo si ni siquiera los conozco? Pues la Biblia lo dice, y si es así, solo OBEDECE.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”(Romanos 13:1)

CONCLUYENDO:

¿Por qué Dios nos pide que seamos obedientes?

1. Para poder bendecirnos: Dios quiere suplir todas nuestras necesidades, cumplir nuestros sueños, responder a nuestras oraciones, sanarnos, fortalecernos, en fin, el quiere hacer mucho por nosotros, pero no podrá si no cumplimos con lo que él ha dejado escrito en su bendita palabra.

2. Para vencer al enemigo: Debemos entender que cuando no obedecemos, nos convertimos en personas e hijos “rebeldes” y eso no le agrada nadita a Dios, sobre todo porque hay que recordar que el primer rebelde en la historia de la humanidad fue Satanás, así que el tratará de convencerte de que seas igual que él, y te hará creer que no es divertido tener que estar obedeciendo… ¡No lo escuches! El es un desobediente y un mentiroso.

3. Para que seamos como Jesús: El mayor ejemplo de OBEDIENCIA nos lo dio Jesús. Cuando el vino a este mundo, no vino a hacer su voluntad, sino la del Padre, por lo que debemos imitarle sin dudar que lo que hacemos va a agradarle en grande manera. Si Jesús fue obediente y tú dices ser como Jesús, debes obedecer también.

Decide hoy mismo caminar en obediencia y ya verás como la bendición y la recompensa de Dios vendrá sobre tu vida. Demuestra que eres hijo de Dios obedeciendo y no dudes que su favor estará todos los días en tu vida.

RECUERDA:

SÉ OBEDIENTE

Autora: Leddy Castillo

LA ENVIDIA

 

“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos (Proverbios 14:30)

¡¡Saludos niños y niñas!! ¿Como están? Sé que muy bendecidos, pues si amas y obedeces a Dios, el se encarga de cuidar de ti, de guiarte, de proveer lo que necesites, etc.

Como hijos de Dios debemos cada día esforzarnos por desechar todo lo que es contrario a la voluntad del Señor, y tratar de imitar a nuestro Creador, en todo.

El tema anterior nos hablaba de los frutos que debemos producir, si somos realmente hijos de Dios, estos serán buenos. También aprendimos y reconocimos aquellos frutos malos que crecen en nosotros por la falta del Espíritu Santo en nuestro ser. Uno de estos frutos malos es la ENVIDIA, la cual debes desechar totalmente, pero para que ésta no crezca y se reproduzca en ti, debes abonar mejor tu corazón, y esto se consigue obedeciendo los mandamientos del Señor.

La envidia es un sentimiento de enojo que se experimenta por el bien que posee otra persona. Es el sufrimiento de alguien porque otr@ tiene o consigue cosas que ella o el no tiene o no puede conseguir. Se dice también que es el padecimiento porque otro disfrute el cariño, la simpatía, etc., de alguien, que el que siente envidia, quisiera tener él sol@.

La envidia ha estado presente desde el comienzo de la humanidad. Caín mató a Abel por envidia, Raquel tuvo envidia de Lea porque ella tenía hijos. Los hermanos de José tuvieron envidia de él. Hay muchos más casos de envidia en la Biblia, pero hoy meditaremos en el de un par de hermanos, me refiero al de Caín y Abel.

Abel era pastor de ovejas y Caín era agricultor. Estos hermanos compartían al principio, muchas cosas, la familia, la fe y la educación que habían recibido. A medida que fueron creciendo, fueron cambiando y sus gustos se hicieron diferentes, el gusto por su trabajo también cambio. Las actitudes y la forma de ser de Caín y Abel eran totalmente diferentes

Caín era de carácter impulsivo, y Abel era tímido. A pesar de sus diferencias tan marcadas todo parecía ir bien, hasta que un día Caín hizo algo que marcaría para siempre su vida.

 ”Al cabo de un tiempo, Caín presentó como ofrenda al Señor algunos frutos del suelo, mientras que Abel le ofreció las primicias y lo mejor de su rebaño. El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró a Caín ni su ofrenda. Caín se mostró muy resentido y agachó la cabeza.”. (Génesis 4:3-5)

El hecho de que Caín haya actuado así, mostrando su enojo y su resentimiento, fue porque definitivamente no valoro el esfuerzo de su hermano Abel, y queda claro que ni el de el mismo, y terminó comparándose con su hermano, y al hacerlo perdió su amor, sus esperanzas, sus planes y se olvido de su propia vida, para querer vivir la del otro.

Dios, que todo lo sabe le hablo a Caín y le dijo:

¿Por qué estás resentido y tienes la cabeza baja? Si obras bien podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo”. (Génesis 4:6-7).

Dios le hizo entender a Caín que para poder recibirlo con agrado, debía obrar bien y ser justo, pero para entonces Caín ya no escuchaba al Señor, pues la envidia se había apoderado de él, de tal manera que lo había dejado sordo.

La envidia que Caín sentía, lo había obligado, no ha desear ser como su hermano, sino, a querer estar en el lugar de su hermano y desde ese momento, perdió el sentido de su vida y cometió un pecado horrible.

“Caín dijo a su hermano Abel: Vamos afuera. Y cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató.” (Génesis 4:8).

El compararte con otros, el competir con otros, la rivalidad, el rencor, todo eso va enfermando poco a poco tu alma de la misma manera como le sucedió a Caín, si tú le das lugar en tu corazón, corromperán tu espíritu y te enfermara el alma.

Santiago 3:16 dice: “Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas”

Debemos saber que los pensamientos malos producen una vida negativa, alejada de la voluntad del Señor. Cuando tenemos celos o sentimientos de envidia en nuestra vida es porque le hemos dado lugar al diablo a través de los pensamientos que él se encarga de anidar en nuestra mente, procuremos entonces mantener ocupada nuestra cabecita recordando lo que la Biblia dice, hablando con el Señor a través de nuestro pensamiento, en fin, hay maneras de cerrarle la puerta de nuestra mente al enemigo, solo es cuestión de esfuerzo y voluntad.

No permitas que la envidia te robe el gozo y la paz que el Señor ya te dio.

“Sed de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu de humildad, no devolver mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición” (1 Pedro 3:8,9).

Si decimos ser hij@s de Dios debemos saber que la envidia no es parte de los frutos que la Biblia menciona, debemos producir, por lo que una vez más te invito a que te esfuerces y seas valiente y elimines de tu corazón esto que lo único que hará es mantenerte alejado  de todos los propósitos que el Señor ha preparado para ti.

RECUERDA: NO PERMITAS QUE LA ENVIDIA SE PRODUZCA EN TI.

Autora: Leddy Castillo

LA FE

 

“Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”

Hebreos 11:1

Hola niños, niñas, me alegro mucho poder saludarles, espero recuerdes cada día, que Jesús tiene un gran amor por ti, el te cuida, y desea que todos los días estés feliz, me gustaría iniciar nuestra conversación de hoy con una pregunta: “¿Has escuchado alguna vez decir a alguien: Pon tu fe en Dios, y el hará lo que necesitas?”.

Yo sí, y muchas veces.

¿Sabes? tener fe en Dios es tener la seguridad de que lo que le has pedido, él te lo dará, claro, siempre y cuando sea su voluntad, Dios es quien mejor sabe lo que tú necesitas, lo que te conviene.

Tener fe es estar convencido de que las cosas, aunque no las vemos, son reales

A veces nosotros le pedimos a papa o a mama que nos compren algo, pero ellos que nos conocen bien, saben si realmente necesitamos eso…también saben si lo que les hemos pedido nos ayudará o a lo mejor nos cree una distracción con nuestros estudios, con el tiempo que dedicamos para la lectura de la Biblia, etc.

Dios es así también, así que si estas pidiéndole algo que a él le parece que te alejará de su presencia, lo más seguro es que no lo hará, por lo que procura que lo que le pidas esté dentro de su voluntad.

Para creer, no necesitas tener una fe del tamaño del mar, de una montaña o del cielo, dice la Biblia que si tu fe fuera del tamaño de una semillita muy chiquitita llamada mostaza, tus peticiones serán contestadas.

Entonces: ¿Tienes suficiente fe para confiar en que Dios puede ayudarte en eso que tanto necesitas?

Tú puedes tener fe de que…
◾Dios te cuidará
◾Dios escuchará tu oración
◾Dios te enseñará muchas cosas a través de su palabra (La Biblia)
◾Dios sanará a esa persona que amas y que quizá está enfermita

El puede hacer todo esto y mucho mas, pues es un Dios poderoso, no hay nada que tu le pidas que él no lo pueda hacer.

La Biblia registra muuuuchas cosas que Dios con su poder hizo, por ejemplo, él abrió el mar en dos partes e hizo un camino en medio para que su pueblo que huía de Faraón, pudieran pasar al otro lado.

También hizo que cinco panes y dos peces se convirtieran en muchísima comida, para una multitud de personas que seguían a Jesús para escucharle hablar, el poder de Dios hizo que hasta sobraran 12 cestas con comida.


¿Te das cuenta como es Dios de Poderoso?

Así que para que puedas ver como él hace por ti lo que tú le pides, solo necesitas tener fe, necesitas creer en él, tener la seguridad que quiere bendecirte.

PON EN PRACTICA TU FE HOY MISMO. NO LO OLVIDES.

Autora: Leddy Castillo

¿A QUIEN TE PARECES TU?

 

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”

(Efesios 5:1)

Cada vez que tengo la oportunidad de llegar a cada uno de ustedes, a través de éstos escritos, me alegro muchísimo, pues Dios muestra su gran amor, brindándonos la oportunidad de, juntos, aprender más, y más, y más de su bendita palabra. Recuerda que mi mayor deseo es que puedas ser instruid@, conociendo el plan maravilloso que El tiene para tu vida.

 Hoy les escribo sobre éste tema que me parece no solo bonito, sino importante de recordarlo siempre, espero te instruya.

Cuando mamá se enteró que tu vendrías al mundo, seguramente se sintió feliz y papá muy orgulloso de saber que tendría en casa a una princesita o  un príncipe que sin duda le haría sus días felices.

Mientras tú estuviste en la pancita de mami lo que seguramente se preguntaban todos era ¿a quien se parecerá más? Y a medida vamos creciendo las personas al mirarnos dicen: ¡Eres igualito a tu papá!…-¡Te pareces muchísimo a tu mamá! Esto Sucede por que tenemos rasgos físicos muy similares a los de nuestro papá, o nuestra mamá, o de los dos.

A mi me ha pasado muchas veces cuando las personas me preguntan…¿de casualidad usted es hija de Ricardo Martell (Así se llama mi padre) Y yo, muy extrañada digo: -¡Si! ¿Como lo sabe?…-¡Es que es igualita a El!…sonríe como el, camina como el, su mirada es como la de el, y para serles sincera, eso se siente bien, ¿No te ha pasado a ti?…muchas de nuestras acciones se parecen a la de nuestros padres por el hecho de que vivimos con ellos, por lo cual día a día vamos adquiriendo y desarrollando más de esas actitudes.

Si nuestros padres son amables, eso se reflejará en nosotros, si son muy bromistas, nosotros también desarrollaremos el buen sentido del humor, de igual manera, si son muy serios, o en el peor de los casos muy enojados, o muy orgullosos, pues también podríamos crecer siéndolo, esto hará que las personas nos relacionen con quienes ellos sospechan podrían ser nuestros padres por la similitud de nuestras acciones.

A lo mejor, hoy en día existan much@s personas a quienes seguramente tú admiras, personas a quienes quizá te gustaría parecerte, ser igual a ellos en todo. Tu maestr@, el pastor, un cantante, un amig@, una actriz, al líder de tu iglesia etc., etc. A much@s les pasa que es tanta su admiración por esas personas que hasta imitan su forma de vestir, de peinarse, de caminar, de actuar, etc., etc.

Desde el momento en el que conocemos a Jesús, y cuando decidimos aceptarlo como nuestro Salvador, como nuestro “Padre celestial”, comenzamos a presentarnos ante el mundo como sus hij@s, esto, déjame decirte es un gran compromiso, pues si decimos que es nuestro padre debemos parecernos mucho a El, y la mejor manera es, imitándole en todo. Toma en cuenta que el comportamiento de Jesús cuando estuvo en la tierra fue ejemplar, digno del Hijo de Dios.

La Biblia nos dice: “Honra a tu padre y a tu madre”, recordándonos además que: “Dios honra a los que le honran”

Hay muchos que tienen claro lo importante que es honrar a sus padres a través del esfuerzo que hagan en ser
◾Obedientes
◾Respetuosos
◾Teniendo la confianza necesaria con ellos, y cuidando la que ellos depositen en ti
◾Cuidarse de hacer cosas que los avergonzarían o entristecerían
◾Cumplir con las reglas que ellos establezcan en el hogar, en tus estudios etc., etc.

Que las personas puedan ver en nosotros el amor, y la obediencia que existe para nuestros papas.

Es igual con nuestro Padre Celestial, si decimos ser sus hijos, debemos imitarle en todo, siendo:
◾Compasivos
◾Fieles a El
◾Amorosos
◾Obedientes
◾Pacientes
◾Misericordiosos etc., etc.

La Biblia nos dice en 1 Pedro 1:15


“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: Sed santos, porque yo soy santo”.

Que el mundo pueda ver en nosotros a nuestro Padre Celestial, que cuando hablemos, puedan en nosotros oír a nuestro Padre amoroso, que cuando estén cerca de nosotros aun le puedan sentir, eso si es PARECERNOS A EL.

No pierdas el tiempo imitando a personas que no tienen temor a Dios, personas que  nada bueno le brindarán a tu crecimiento espiritual. Mejor imitemos a Jesús, quien vino a la tierra para darnos Salvación y vida eterna, siendo el mejor ejemplo a todos de como Dios desea que vivamos. El imitar a Jesús nos mantendrá lejos del pecado, nos ayudará a hablar siempre con la verdad, dándonos las fuerzas para no  caer en provocaciones etc., etc.

Como te dije al inicio, muchos imitan a alguien por admiración, o por simple moda, pero lo que hará la diferencia y lo que marcará tu vidas es “a quien” imitas, esfuérzate y se valiente, procura ser cada día de tu vida un imitador de Jesús, pues no hay, y no habrá un ejemplo mejor.


“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas”

(Mateo 11,29)

RECUERDA: Esfuérzate cada día por imitar a Jesús, de ésta manera nadie dudará que eres su hij@

Autora: Leddy Castillo